viernes, 22 de octubre de 2010


-Que se me van las putas ganas de llorar cuando te veo, joder. ¿Es que no lo ves? No soy la niña fuerte que te cansas de decir que soy, ni siquiera sé cocinar sin que se me queme, y cuando escribo, todas mis historias de amor terminan como tú y yo. ¡No puedo más! Vete, lárgate, ¡fuera! ¡No quiero volver a verte! Así podré llorar, aprenderé a cocinar y escribiré las mejores historias de amor.




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