sábado, 11 de junio de 2011

Me gustaba sonreír, aunque odiaba mi sonrisa. Siempre hacia tonterías y a veces llegaba a ser como una niña pequeña, cantaba y bailaba a todas horas. Me arreglaba hasta para bajar la basura. Amaba los disfraces, las fiestas y la coca-cola. Me pasaba las horas tumbada escuchando nirvana una y otra vez, no me cansaban las mismas películas, odiaba la rutina. Hablaba siempre, y siempre decía lo que pensaba y luego a veces me arrepentía, aunque mis sentimientos me los guardaba para mi, mis momentos no quería compartirlos. Era algo egoísta, pero lo daba todo por mis amigos y les regalaba amor día tras día. Me encariñaba fácilmente aunque nunca mostraba el amor que sentía hacia esas personas. Me gustaban miles de chicos, pero ninguno como tú. Así era yo, hasta que llegaste a mi vida y me enseñaste lo que es el amor.

2 comentarios:

  1. Puuaff, me siento súper identificada con el texto. Es increible. Yo también soy algo así, aunque cambiando algunas cosas, pero está claro que desde que llegó él todo ha cambiado, y con él mi manera de pensar y de ver las cosas :)

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